Maternidad y Espondilitis

maternidadUn año más las fisioterapeutas de EDEPA queremos acercaros a nuestra profesión, aportándoos más conocimientos sobre nuestra labor en la asociación y sobre los distintos aspectos de vuestra enfermedad y sus tratamientos.

En esta ocasión me gustaría hablaros, quizá por mi reciente maternidad, de un tema que preocupa a muchas de nuestras socias en edad fértil: el embarazo y su relación con la espondilitis Anquilosante (EA).

A lo largo de los años que llevo trabajando con EDEPA, muchas de las socias con EA os habéis acercado a mí para mostrarme vuestra preocupación ante este tema. “Si me quedo embarazada, ¿qué va a pasar con mi espalda?”. Muchos son los miedos que os invaden, como a cualquier futura mamá que planea un embarazo; pero a vuestro caso se añaden las preocupaciones propias de vuestra enfermedad y de vuestros dolores.

“¿Podré tomar medicación?”; “¿Me aumentará mucho el dolor?”; “¿Y el parto lo aguantarán mis sacroilíacas?”; “¿Cómo voy a poder cuidar a mi bebé con este dolor?”

“¿Le podré dar el pecho?”.

En principio el embarazo en mujeres con EA no supone ningún problema especial para la madre y el feto, pero es lógico plantearse todas estas cuestiones cuando se lleva años luchando contra una enfermedad que influye en vuestra calidad de vida. Ninguna de estas preguntas puede ser respondida con rotundidad porque en cada persona la enfermedad influye de una manera diferente; pero sí puedo acercaros a lo que ocurre en la mayoría de los casos.

La primera consideración a tener en cuenta cuando se planea un embarazo es todo lo relacionado con la MEDICACIÓN. En la búsqueda de vuestro bebé no sólo deberéis tener en cuenta a vuestra pareja, sino también a vuestro reumatólogo, que deberá saber con antelación vuestra intención de intentar un embarazo. Él será quien os asesore con vuestra medicación. Cada caso será tratado en particular pues no todas las pacientes siguen el mismo tratamiento ni cada enfermedad sigue el mismo curso. Esta recomendación de contar con vuestro reumatólogo para planear el embarazo también va destinada a los hombres con espondilitis que queráis ser papás pues determinados fármacos también deben ser revisados en el caso de los varones.

A los pacientes (hombres y mujeres) tratados con algún fármaco anti – TNF (“tratamientos biológicos”) o tratados con Metotrexate, el reumatólogo les retirará esta medicación al menos 6 meses antes de intentar el embarazo. Para los pacientes tratados con Sulfasalazinas, los especialistas suelen recomendar retirar el fármaco durante el embarazo.

En el caso de los antiinflamatorios no esteroideos y de los antiinflamatorios esteroideos (corticoides) será el médico el que valore la relación beneficio – riesgo, aunque se puede decir que la mayoría de los esteroides (glucocorticoides) son seguros durante el embarazo.

Ante esta supresión o reducción de la medicación durante el embarazo se recomienda ser más constante en la realización de los ejercicios de gimnasia y natación y acudir a la consulta de fisioterapia con regularidad. Ni la gimnasia, ni la natación ni los tratamientos individuales de fisioterapia adaptados a la gestación están contraindicados durante el embarazo y se pueden realizar de forma segura salvo que el médico aconseje lo contrario.

Pero ¿qué ocurrirá con MI DOLOR si no tomo medicación? Esto es difícil saberlo y no podemos asegurar una ausencia de dolor durante el embarazo. Existe un estudio realizado con 939 mujeres afectadas de EA en 13 países diferentes en el que los resultados mostraban que en un 30% de ellas la enfermedad se mantuvo igual durante el embarazo; en otro 30% la enfermedad empeoró y en el 40% restante mejoró. De todas ellas la mitad realizaban ejercicio o fisioterapia durante la gestación. Asimismo se apreció que la incidencia de complicaciones de la EA como afectación de articulaciones periféricas o uveítis era mucho menor durante el embarazo y peor en los 6 meses posteriores al parto.
En cuanto al tipo de PARTO, ese mismo estudio refiere que el 90% de los partos concluyeron normalmente y, de ellos, 7 de cada 10 transcurrieron de forma natural y 3 de cada 10 necesitaron cesárea (en la población en general el número de cesáreas es de 1 cada 10). Por lo tanto existe un ligero incremento del número de cesáreas entre las pacientes con EA, probablemente en aquellas en las que sus articulaciones sacroilíacas estén más comprometidas.
Pero a muchas de vosotras os asusta más “el después”, es decir, el momento en el que EL BEBÉ LLEGA A CASA y la incertidumbre de si podréis atenderlo con normalidad o, por el contrario, el dolor os lo impedirá. De nuevo aquí cada persona tendrá su propia experiencia pero si recurrimos a las estadísticas, más de la mitad de mujeres a las que se refiere el estudio anterior mostró dificultades en el cuidado del bebé y 3 de cada 10 necesitó la colaboración de una tercera persona.

Por último mencionaré que la LACTANCIA MATERNA será posible siempre y cuando la paciente pueda controlar su dolor con la medicación compatible con la lactancia. Si ésta fuera posible, será muy importante cuidar desde el primer día la postura que se mantiene durante la toma, ya que dar el pecho implica permanecer durante largos períodos en una misma postura que debe ser cómoda y relajada para evitar desequilibrios musculares.

Sobre este tema me gustaría recomendaros a las que estéis interesadas un libro que es una guía de lactancia materna donde se recoge todo lo relacionado con ella. Su título es “UN REGALO PARA TODA LA VIDA” y el autor es el pediatra Carlos González.

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Por otro lado os dejo una Web realizada por el Servicio de Pediatría del Hospital Marina Alta (Denia, Alicante) donde podréis consultar la compatibilidad de todos los medicamentos y hierbas con la lactancia. Os sorprenderá descubrir que medicamentos como la sulfasalazina o la indometacina son completamente compatibles con la lactancia. Decídselo a vuestro reumatólogo. “WWW. E-LACTANCIA.ORG”.

En resumen podemos concluir que la Espondilitis Anquilosante no es incompatible con el embarazo y la maternidad. Son muchas las socias de EDEPA que han pasado por esta experiencia y seguro que no les importa compartirla con todas las que aún no estéis decididas por culpa de todos estos miedos. Nadie dice que sea fácil, y menos cuando hay dolor, por eso, será la situación personal de cada paciente la que finalmente decidirá si se embarca en esta maravillosa experiencia de ser madre.

Por último, quiero aprovechar esta publicación para presentaros a la persona que me ha ayudado a realizar este artículo. Se llama Iria y nació el día 12 de noviembre de 2008. Ese día también nací yo como madre. Gracias Iria por darme la vida. Te quiere, Mamá.

IriaIria a las 24 Horas de nacer.

Patricia Pérez Parada
Fisioterapeuta de EDEPA
Col. Nº 2.545